Relato de un personaje de ficción

10:00
Ya llevo aquí 7 horas en la misma posición. El final está cerca, 17 minutos...
Tengo los músculos entumecidos del dolor.
No pienses.
10:03
¿Porque lo haría? Dinero. Siempre es el dinero. Una forma fácil, rápida y segura, me dijeron. Por lo menos rápida sí que fue. Tan solo 14 minutos. Mi primera vez… Alguna debía ser la primera… Pero aun así no me gusta…
¡No pienses!
10:08
Empieza el movimiento. Se acerco mi momento. Mi “gran” momento… Que dura es la vida… Podría acabar con la mía ahora mismo…
Pero mi familia…
¡¡¡Concéntrate!!!
¡¡¡No pienses!!!
10:11
¿En qué estarías pensando?
Siempre has sido un hombre “normal”. O eso pensaba.
Mi “nuevo” yo está a punto de aparecer…
Creo que no estoy preparado…
¡Cállate! ¡Si lo estás!
¡¡¡NO PIENSES!!!
10:14
El sol me está afectando, me duele la cabeza.
Pero estoy cerca, lo acabo de ver, como estaba previsto…
Me preparo, aparto ligeramente el traje para acomodarme.
Empiezo a modular mi respiración… no pienses…
10:17
¡Le veo!
Tan solo tengo 5 segundos…
Allí estaba, el presidente, en su trayecto rutinario para ir al Palacio de Congresos.
El fusil de precisión de calibre 5.1 apuntaba directamente debajo de las costillas.
El dedo se deslizaba suavemente hacía el gatillo.
Y de repente un sonido ensordecedor…
Una bala salía del cañón a unos 300 km/h, pero algo había salido mal.
Ese no era el sonido de su fusil. No había llegado a accionar el mecanismo de disparo…
El dolor se apoderó de su mente.
Un dolor indescriptible, a la altura del costado derecho.
Solo podía significar una cosa
.
.
.
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Y allí quedó nuestro francotirador descubierto, alcanzando a ver, antes de abandonar su anterior vida, su objetivo alejándose…