Una vez
viví en otra época, donde todo era más seguro.
Dónde
todo era mejor.
Dónde
las murallas no tenían puertas.
Construidas
desde dentro, con materiales propios proporcionados por otros.
Vi
ejércitos atacar, fracasando en cada intento.
Murallas
duras como el acero.
Murallas
altas como el cielo.
Banderas
apolilladas ondeando como nubes de tormenta.
Habitantes
pidiendo auxiliao desde dentro, acallados por las paredes.
Desconocedore
de quin o que era yo por un temor agigantado.
Insonorizadas,
de fuera a dentro.
Con
altavoces persistentes orientados hacia fuera.
Dioses
en su tierra, barro en la mía.
Destinados
a morir, desconociendo el sol.
Por sus
propias palabras, desconocedores de la luna.
Por no
conocer el mundo, desconocedores de la luz.
Desconocedores
de la vida, por no querer saber…
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